"La experiencia de los habitantes de la Guajira refuerza la importancia del derecho a la energía"
Por David Robinson, El Periódico de la Energía
Jueves 18 de septiembre, 2014
Recientemente, el futbolista James Rodríguez subastó camisetas del Real Madrid y de las selecciones de Colombia y Alemania para ayudar a los niños indígenas de la Guajira, en la costa norte colombiana. Estos niños están muriendo de desnutrición y deshidratación, causadas por la pobreza, y empeorada por una larga sequía. La electricidad renovable podría transformar la vida de esta gente, sobre todo porque facilitaría el acceso al agua potable.
Pobreza y falta de servicios básicos en la Colombia rural
En Colombia, hay más de 400.000 familias sin acceso a servicios básicos como electricidad y agua potable; la gran mayoría de estas están en zonas rurales. Por no tener acceso a energías convencionales, miles de comunidades aisladas no tienen la capacidad de purificar o desalinizar el agua. Tampoco tienen acceso a tecnologías de información ni herramientas básicas de educación como ordenadores y teléfonos móviles. Esta situación limita de forma extrema la posibilidad de reducir la pobreza a través del desarrollo económico sostenible.
La situación es peor donde llueve muy poco, como ha sido el caso en la Guajira en los últimos dos años. Los pozos están secos y los estanques naturales y tanques de almacenamiento están vaciándose, afectando a la salud de las personas y de los animales, una parte integral de su economía. La llegada de camiones cisternas con agua potable es incierta y algunos les llaman camiones “fantasmas” porque no llegan. Además, esa zona sufrirá las peores consecuencias del fenómeno de El Niño. Serán varios meses más de sequía que tendrá su pico más alto entre octubre de este año y abril de 2015.
Soluciones técnicas para conseguir agua potable en zonas costeras
No faltan posibles soluciones técnicas. Por ejemplo, para las zonas costeras pegadas al mar, existen pequeños sistemas de desalinización que funcionan con energía solar. Para tener 750-1500 litros de agua al día, hace falta una inversión inicial en equipos de aproximadamente US$ 55K, además de costes de mantenimiento de media durante 10 años de unos US$ 3K por año.
Mientras tanto, el gobierno colombiano esta perforando pozos. En la zona, el coste de la perforación está estimado en aproximadamente $US 50.000 por un pozo de 150 metros, sin que haya garantía de encontrar agua dulce. Si se ha tenido éxito en encontrarla, la energía renovable puede facilitar su extracción por bombeo.
Pozos y desalinización son compatibles. En un pozo menos profundo se puede encontrar agua salobre que, aunque menos salada que el agua del mar, no es apta para beber. El mismo equipo de desalinización puede producir casi el doble de agua potable en el caso del agua menos salada que con el agua del mar.
Cómo promover estos proyectos
En estos pueblos, ningún proyecto que requiera recursos financieros y técnicos sustanciales va a salir adelante sin apoyo externo inicial. En principio, el Gobierno debería tomar la iniciativa con mayor esfuerzo. Por ejemplo, aparte de sus propios proyectos, podría organizar un concurso, ofreciendo premios para financiar buenos proyectos, ya sea en la perforación de pozos, desalinización del agua u otra iniciativa destinada a facilitar el acceso al agua potable.
Hay también empresas privadas, ONGs y expertos dispuestos a participar en proyectos para dar acceso al agua potable con la ayuda de electricidad renovable. Es el caso de Ferdescol, una fundación con la que estoy asociado y que existe para apoyar a las comunidades indígenas en conseguir sus necesidades básicas de energía fiable y agua potable y promover el desarrollo sostenible en Colombia.
Lo ideal es que se de una efectiva colaboración y coordinación entre la gente local, el Gobierno, las empresas y las ONGs y que los proyectos creen nuevas oportunidades económicas. Por ejemplo, Ferdescol lidera un proyecto en una comunidad de 25 familias Wayuu cerca de Ríohacha en la Guajira. Estas familias viven de la pesca y la crianza de cabras. Están totalmente aisladas del resto del país en la temporada de lluvia; y en la temporada de sequía, dependen de la llegada incierta de tanques cisternas y de los estanques naturales. El tener acceso fiable a la electricidad, las tecnologías de comunicación y agua desalinizada les abrirá la posibilidad de desarrollar un proyecto de eco-turismo basado en la presencia de una gran bandada de flamencos en la zona. Este tipo de eco-turismo normalmente requiere de una pequeña inversión por ser un proyecto de baja escala y que depende de la contribución de la comunidad.
Colombia es un buen ejemplo de situaciones similares que se dan en toda Latinoamérica, en donde, poco a poco va llegando la electricidad a las zonas más desfavorecidas, siendo el agua potable la carencia más dramática asociada al acceso al servicio eléctrico. La experiencia de los habitantes de la Guajira refuerza la importancia del derecho a la energía y pone de manifiesto la dramática situación en gran parte del mundo debajo de los umbrales de dicho acceso.
David Robinson es consultor, miembro titular del Oxford Institute for Energy Studies y del Consejo Editorial de El Periódico de la Energía.